Los especialistas descubrieron que da Vinci aplicaba hasta 30 capas de pintura en sus obras. Sumadas, todas las capas miden menos de 40 micrómetros, que es la mitad del espesor de un cabello humano. La técnica, llamada esfumado, permitía a da Vinci dar a los contornos una calidad nebulosa y crear una ilusión de profundidad y sombra.
Su uso de la técnica es bien conocido, pero su estudio científico se había limitado porque las pruebas solían requerir muestras de las pinturas. Los investigadores franceses han experimentado con una técnica llamada espectroscopia fluorescente radiográfica que permite estudiar las capas de pintura y su composición química sin provocar daños a las obras.
Según los investigadores, la herramienta es tan precisa que "se puede detectar la mezcla de pigmentos utilizada por el artista para cada capa de pintura, lo que es muy importante para comprender la técnica utilizada".
El análisis de las pinturas también muestra que da Vinci probaba constantemente nuevos métodos. En la "Mona Lisa", usó óxido de manganeso en el sombreado. En otras utilizó cobre. A menudo empleaba tinta transparente, pero no siempre.
Según lo que se conoce, la obra es un retrato de Lisa Gherardini, esposa del comerciante florentino Francesco del Giocondo, que da Vinci empezó a pintar en 1503.
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