"El hombre encuentra a Dios detrás de cada puerta que la ciencia logra abrir." EINSTEIN


sábado, 3 de julio de 2010

¿Y cuando alguien piensa diferente a mi?

¿Y cuando alguien piensa diferente a mi?
 
Cuando alguien piensa diferente a ti, pueden ocurrir dos cosas: o tú comienzas a decirle que no estás de acuerdo, tratando de obligarlo a que adopte tu punto, o él es el que lo quiere hacer.
La falta de tolerancia se origina por la falta de comprensión de dónde vienen las ideas de tu amigo. Y la falta de comprensión de él, de dónde vienen las tuyas.
Desde que somos niños, vamos acumulando experiencias e ideas de la vida. Algunas aprendidas en carne propia. Otras, sembradas por los adultos que nos rodean.
Llega el momento, en el que esas ideas nos crean una enfermedad: el síndrome del “yo-yo”.
Por ejemplo, si tu hijo te pregunta que estudiar, y le respondes “contador público”, es porque a ti te hubiera gustado estudiar esa carrera. Le das opiniones con base en lo que tu eres. “Yo en tu lugar…” es la frase favorita de las personas infectadas con esta enfermedad.
Cuando hablas con alguien, siempre estás filtrando lo que él te dice, de acuerdo a tu mundo interior. A las creencias que has acumulado durante tu vida. Sean ciertas o no. Las hayas experimentado o no.
Y reaccionas de forma automática cuando lo que expresa es diferente a lo que tú piensas. Y así se inician las discusiones y falta de tolerancia a los demás.
Comprendiendo que cada persona vive prisionera de su mundo interior, en el que ellos son los reyes y sus leyes las únicas que existen, entenderás que él te juzga de acuerdo a sus ideas. Por eso, no te tomes nada personal.
0210
Por ejemplo, yo no estoy de acuerdo con la teoría de la evolución de Darwin. Estoy a favor de la creación de la vida por un Ser Supremo.
Si alguien cree en Darwin, automáticamente reacciona a mis ideas. Muchas veces de forma violenta. No me lo tomo personal, porque se que es él. No yo. Reacciona a sus propias leyes, en las que la teoría de Darwin es una verdad indiscutible.
Si él intenta discutir conmigo y cambiarme, se que es imposible. Si yo intentara cambiarlo, se que es imposible. Dialogo con él y si lo veo erizado de prejuicios, con ganas de pelear, lo dejo de lado. El síndrome del “yo-yo” no deja a nadie admitir que puede estar equivocado y dialogar.
Porque quien tiene el síndrome, no defiende sus ideas. Defiende su ego personal.
De la misma forma, que si alguien me dice que soy lo máximo por escribir a favor de Dios, no tiene nada que ver conmigo. Tiene que ver con su mundo interior, en el que la creación de la vida por una divinidad es la idea que él acepta. También, que es una persona positiva que lo mismo me halaga a mi, que a otros.
Por eso, no te tomes personal cuando alguien no muestre tolerancia a tus ideas. Déjalo de lado. Su falta de tolerancia, es miedo.
Miedo a que tú tengas razón.
Aprende a ver a los demás en sus propios términos de su vida. Te será más fácil comprenderlos. Conocer es comprender. Y tolerar.






 

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