"El hombre encuentra a Dios detrás de cada puerta que la ciencia logra abrir." EINSTEIN


martes, 10 de agosto de 2010

Tambien perderemos Las Sierras De Córdoba-Argentina

Con el corazón y, sinceramente, tenía la ilusión de que el proyecto de minería a cielo abierto no se aprobara, por el simple hecho de que es siniestro, ambicioso, corrupto...y va a contaminar todo el agua que queda, que es poca, y el aire, y la tierra...

Todos fuimos alguna vez a Córdoba, sabemos del paraíso que es...

Pero no se puede hacer nada!!!

¡¡ DIFUNDAMOS!! es la única manera de intentar que se sepa por la mayor cantidad de gente posible...

                            ¡Adiós sierras cordobesas! Se aprobó la minería a cielo abierto

                    Traslasierra y las Sierras de Córdoba necesitan que todo el mundo lo sepa.
 Se autorizó la exploración de una gran zona de las altas cumbres(las montañas más altas que se ven de todos lados) en búsqueda de yacimientos de uranio.         La zona en cuestión mide aproximadamente 500 hectáreas, se encuentra en el nacimiento de la mayoría de las cuencas de agua del valle de Traslasierra y a pocos kilómetros de la Quebrada de los Condoritos, "área protegida".

De concretarse esta acción, se demolerían montañas enteras con explosivos, se contaminaría el agua con los productos utilizados para la extracción de uranio, y se crearía un enorme cañón por donde correría agua en época estival, generando posibles aludes sobre pueblos de Córdoba, con efectos nocivos sobre la economía de la provincia, y aún no sabemos qué clase de efectos podría causar en la salud de la población.

Las siguientes imágenes son fotografías de los lugares que pueden quedar o desaparecer bajo la mano de la minería a cielo abierto:
En el centro, la zona donde se quiere hacer la mina a cielo abierto.


Quebrada cercana a la de los Condoritos,
este paraje está en el centro de la exploración,
el camino de las altas cumbres pasa por uno de esos cerros.
 
 

Una imagen desde otro ángulo del mismo lugar.
 
 
 

Parte sur de la Quebrada:
de allí hacia abajo son 4 kilómetros más de posible mina de uranio.
 
 

¡ Aquí no quedará nada!
 
 
 
 


Localidad de Nono, el pueblo que será más afectado por el desastre.
Su río, que pasa a pocas cuadras de esta plaza,
nace en la quebrada que está en las fotos anteriores.
Es muy probable que si le falta 5 kilómetros de cauce,
el río crezca como nunca antes...
 
 


¿¿¿Tendremos nieve otra vez???


Este es el plano de la exploración.
Esa línea negra que se ve es el camino de las altas cumbres,
a pocos kilómetros de Mina Clavero y de Nono,
tiene 5 kilómetros de largo:

 
Una buena ley atacada con falsos argumentos / Minería metálica, uranio y escasez de agua
Por Raúl A. Montenegro /republicado por Cba ((i)) - Wednesday, Dec. 09, 2009 at 8:52 AM
Desde octubre de 2008, la ley 9526 prohibe, en todo el territorio de la provincia, la minería metalífera a cielo abierto, e incluye dentro de la prohibición al uranio y el torio.
Sorpresivamente, la Cámara de Empresarios Mineros de Córdoba (Cemincor) y la Asociación de Profesionales de la Comisión Nacional de Energía Atómica y la Actividad Nuclear (Apcnean) iniciaron un silencioso ataque judicial contra la ley.
Pretenden que el Tribunal Superior la considere inconstitucional cuando se ajusta perfectamente a los Artículos 41 y 124 de la Constitución Nacional, y a la Constitución de la provincia.
Hicieron, además, su planteo en el peor momento ambiental de Córdoba, cuando las cuencas hídricas –principales víctimas de la mega minería metálica y del uranio- entraron en la peor crisis de su historia.
Por otra parte esta iniciativa del Poder Ejecutivo coincidió, en su momento, con el planteo de movimientos sociales, organizaciones ambientalistas y cátedras universitarias, y el propio sector minero participó del debate.
Erróneamente se la llama "ley antiminera" cuando en realidad solamente prohíbe la minería metálica y del uranio y el torio, que no tienen yacimientos significativos en la provincia.
El mismo Secretario de Minería, Aldo Bonalumi, señala que esta ley no impide la actividad minera en Córdoba.
¿Qué intereses yacen entonces detrás de esta presentación jidicial?
Existe una causa ubicada fuera de la provincia, y una causa local, imaginaria.
Veamos la primera. Esta ley es considerada "un mal ejemplo" por los sectores que alientan la radicación en Argentina de las grandes corporaciones mineras transnacionales.
Cuando se conoce públicamente que la minera Alumbrera consume 95 millones de litros de agua por día, contamina con derrames ácidos las cuencas hídricas de Catamarca, sufre roturas de su mineraloducto y descarga metales al canal DP2 en Tucumán, la ley de Córdoba es una franca amenaza para otras corporaciones. Sobre todo, porque se agrega a seis leyes similares ya aprobadas en otras provincias, y porque puede contagiarse.
La sociedad está conociendo, sorprendida, los efectos negativos de las mega mineras, las prácticas clientelares, su insignificante creación de puestos de trabajo y sabe que pagan pocos impuestos.
No es casual que 31 universidades, facultades y unidades académicas le hayan dicho NO a los fondos procedentes de Alumbrera, en una rebeldía ética que continúa multiplicándose.

La otra causa que habría impulsado la presentación ante el Tribunal Superior no tiene asidero práctico. Sus promotores asumen, arbitrariamente, que luego se aprobará otra ley para prohibir la minería no metálica.
Vaticinan, además, grandes calamidades en el plan nuclear y sostienen que Argentina -por culpa de Córdoba- quedará fuera del sistema nuclear mundial. Esto es absurdo.
La ley es sabia porque protege las cuencas hídricas, ya muy destruidas, por la mega minería de superficie.
Las sierras de Córdoba -principal objetivo de las mineras- tienen una función irreemplazable: "fabricar" el agua de las principales cuencas hídricas, actuar como caja de ahorro y aumentar la resistencia a las sequías y los excesos de lluvia.
Lamentablemente, en la provincia solo queda, como bosque cerrado, menos del 5% de la superficie original.

Y uno de los ambientes más afectados es precisamente el serrano.
Los cortes en el suministro de agua son una llamada de atención que los propios mineros no deberían ignorar.

Pero Córdoba tiene además buena memoria, y la ley lo refleja. La mina de uranio de Los Gigantes contaminó indiscriminadamente los arroyos Cajón y Cambuche y la cuenca del río San Antonio.
Aprovechando las crecidas de los ríos se lanzaba, alternativamente, descargas ácidas de color verde y descargas alcalinas de color blanco.
Llegó incluso a peligrar la actividad turística en Villa Carlos Paz.
Al día de hoy, la mina sigue sin estar remediada y, en un recorrido de campo realizado allí por el autor de esta nota, su fondo radiactivo duplica el medido fuera de la mina.
Los responsables directos del descalabro ambiental de Los Gigantes fueron Sánchez Granel Ingeniería S.A. y la propia CNEA.

Pero no hay que viajar a las sierras para ver el desmanejo del uranio que hizo la Nación.
En el barrio Alta Córdoba se localiza la planta de Dioxitek S.A., donde la CNEA es la accionista mayoritaria.
Allí se almacenan, sin membrana, más de 36.000 toneladas de residuos radiactivos de baja actividad, en su mayoría uranio y derivados del uranio. Su "chichón" produce radón 222, un gas radiactivo, y las actividades de la planta descargan por año unos        2 kilogramos de uranio al aire del barrio y unos 150 kilogramos de uranio a la colectora cloacal.
Al día de hoy, la totalidad de las minas de uranio que manejó la CNEA siguen sin estar remediadas, incluida Malargüe, donde comenzaron algunas obras.

Resulta por lo menos curioso que una buena ley, que protege la "fábrica" de agua de los cordobeses, sea atacada por un sector minero que ni siquiera es perjudicado por esa ley.
Cuando en Argentina peligran los Glaciares y el ambiente periglacial por la mega minería, cuando el excesivo consumo de agua de Alumbrera en Catamarca o Veladero en San Juan amenaza fuentes únicas e irreemplazables y, la mayoría de las provincias, rechaza tener minas de uranio, Córdoba está protegida.
El interés público y la protección de nuestras fuentes naturales de agua son más importantes que los intereses sectoriales mezquinos, jurídicamente mal planteados e inoportunos.

Raúl A. Montenegro
Profesor Titular de la UNC, premio Nóbel Alternativo 2004 y presidente de FUNAM

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