"El hombre encuentra a Dios detrás de cada puerta que la ciencia logra abrir." EINSTEIN


viernes, 30 de marzo de 2012

Una bomba nuclear es el método más eficaz para desviar un asteroide que fuese a impactar sobre la Tierra



Según las películas de Hollywood la mejor manera de evitar el impacto de un cuerpo astronómico como un cometa o un asteroide sobre la Tierra es con un buen bombazo nuclear. Mandar allí a unos astronautas heroicos añade además mucho dramatismo al guión. Los expertos, sin embargo, nos han venido diciendo que hay formas más baratas, sencillas y elegantes de realizar la misma tarea. Con suficientes años de anticipación bastaría con pintar de blanco todo o parte del asteroide para que así la luz solar lo desvíe. El uso de láseres sobre su superficie también puede servir, o unos potentes motores de plasma, unas explosiones químicas o un cañón electromagnético que expulse trozos del mismo asteroide a gran velocidad. Pero una noticia tras otra nos habla de lo cerca de la Tierra que pasó una roca que no vimos venir. Puede que al final no contemos con tanto tiempo como creemos o queremos.

O
tro gran inconveniente es que no sabemos muy bien de qué están hechos los asteroides o, más bien cómo están estructurados. Algunos de ellos parecen, más bien, un conglomerado de gravilla levemente unida entre sí. En estos casos no solamente no podemos empujar el objeto, sino que volarlo con una explosión significaría multiplicar los fragmentos que caerían sobre la Tierra: un bonita lluvia de estrella fugaces o un desastre según su tamaño.
Ahora, en la reunión bianual de la Sociedad Americana de Astronomía, David Dearborn del Lawrence Livermore National Laboratory, parece dar la razón a Hollywood, ya que ha afirmado que la mejor opción a la hora de evitar una colisión de un asteroide sobre la Tierra es usar armas nucleares.
Según Dearborn una explosión nuclear es el sistema más barato, práctico y efectivo de desviar o fragmentar un asteroide comparado con otras alternativas como el uso de láseres de potencia. Esto se debe, sobre todo, a la gran cantidad de energía por unidad de masa que una bomba nuclear tiene en contraste con otros métodos no nucleares, que requerirían varios lanzamientos con cohetes pesados.
Además, la opción nuclear puede implementarse en un corto periodo de tiempo. Una detonación 15 días antes del impacto puede fragmentar o desviar un asteroide de 270 metros como Apophis (que tiene una probabilidad de 1 entre 250.000 de impactar contra la Tierra en 2036) y evitar así una colisión.
Como la radiación se libera en el espacio exterior, que es un lugar bastante radiactivo per se, y a miles de kilómetros de nuestro planeta no habría problemas para vida en la Tierra.
Dearborn ha desarrollado modelos y corrido simulaciones para determinar los efectos de una detonación nuclear, tanto cerca de la superficie como sobre la superficie de uno de estos cuerpos. La mejor estrategia depende del tamaño y del tiempo disponible antes del impacto. Si se espera una colisión con una pequeño asteroide con décadas de anticipación una detonación cerca del asteroide puede desviarlo de su ruta de colisión lo suficiente. Si la colisión se espera sólo en unas pocas semanas se requeriría una detonación directa sobre su superficie, pero algunos de los fragmentos podrían impactar de todos modos sobre la Tierra.
Aunque el tamaño y la distancia a la Tierra pueden ser estimados bastante bien, la gran incógnita en la elaboración de una estrategia es la composición de estos cuerpos. Los asteroides son objetos muy diversos. Dearborn aconseja que si se dispone de 30 años antes de la colisión lo mejor es enviar una misión previa para analizar la composición, forma y estructura del cuerpo en cuestión.
Pese a todo, aunque Dearborn y otros científicos quisieran hacer explotar una bomba nuclear sobre uno de estos cuerpos a modo de prueba, los tratados internacionales lo prohíben y la opinión pública se opondría.
No se espera un impacto de asteroide pronto. La NASA ha identificado el 90% de los asteroides cercanos a la Tierra con tamaño suficiente (10 Km) como para causar una extinción masiva y ninguno supone un riesgo en el futuro próximo. Incluso se considera a Apophis un riesgo menor. Pero los objetos menores son más difíciles de vigilar. El más pequeño conocido (1991 BA) mide 6 metros de largo.
"En unos pocos años más, seremos capaces de decir si hay algo ahí fuera que pueda causar un catástrofe global", dice David Morrison, director del Lunar Science Institute de la NASA. "Pero, habrá millones lo suficientemente grandes como para destruir una ciudad al completo. Se necesitará mucho tiempo, puede que interminable, para encontrarlos y calcular sus órbitas. Básicamente, podemos ser impactados por unos de estos objetos menores en cualquier momento, sin ningún tipo de aviso. Ahora mismo, no puedo decir casi nada acerca de la probabilidad de que unos de estos objetos nos alcance, porque, simplemente, no los hemos encontrados todos."
Lo que parece que queremos olvidar es que la mayor amenaza para la vida en la Tierra es precisamente el ser humano, con una probabilidad de desastre que ya es exactamente 1 si no hacemos nada para remediarlo. Pero una película de Hollywood cuya trama transcurra a lo largo de décadas de desastres ecológicos y medioambientales sería aburrida. Además, ya tenemos asientos de primera fila para el espectáculo.

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